El Debate Imposible
VALÈNCIA. Que la tecnología y la ciencia superan la ficción es un hecho irrefutable; muchos han sido los avances en este ámbito, como puede ser la clonación de la oveja Dolly.
Ahora rescatamos dos grandes noticias que probablemente revolucionen a las masas:
Que la tecnología y la ciencia superan la ficción es un hecho irrefutable; muchos han sido los avances en este ámbito, como puede ser la clonación de la oveja Dolly.
Ahora rescatamos dos grandes noticias que probablemente revolucionen a las masas:
Embriones sintéticos
Estupor, prudencia y dudas. Así ha reaccionado un sector de la comunidad científica tras el terremoto causado al conocer que científicos de la Universidad de Cambridge y del Instituto Tecnológico de California habían generado embriones humanos sin óvulos ni espermatozoides.
Este grupo de investigadores habría desarrollado dichos embriones humanos de manera sintética y sirviéndose de células madre, lo que les ha permitido prescindir de los elementos biológicos esenciales para su creación.
La investigación plantea cuestiones legales y éticas cruciales, ya que la creación y el manejo de embriones sintéticos carecen de regulaciones en muchos países, incluyendo Estados Unidos. De nuevo la ciencia se adelanta y pone en jaque a la legislación, planteando nuevos retos éticos.
Carne cultivada en laboratorio
Es probable que estemos asistiendo a una nueva era de la alimentación, con hamburguesas, filetes y nuggets elaborados a partir de células que crecen en un tanque de acero y no mediante la cría y faena tradicional de animales vivos. Estos nuevos productos son de origen cárnico, no se trata de sustitutos vegetales que imitan el sabor de la carne o el pollo.
La carne cultivada en laboratorio se “cría” en biorreactores, unos tanques de acero llamados cultivadores. Allí se introducen las células madre procedentes de un animal vivo, un óvulo fecundado o un banco especial de células almacenadas.
Las células elegidas se combinan en el biorreactor con un suero específico que actúa como medio de cultivo, una mezcla similar a un caldo que incluye aminoácidos, ácidos grasos, azúcares, sales, vitaminas y otros elementos que las células necesitan para crecer. Así, de manera artificial se recrea en un tanque de acero el entorno que proporciona a las células los nutrientes necesarios para evolucionar y multiplicarse.
Una nueva era de la alimentación que en EEUU ya están probando.
Estupor, prudencia y dudas. Así ha reaccionado un sector de la comunidad científica tras el terremoto causado al conocer que científicos de la Universidad de Cambridge y del Instituto Tecnológico de California habían generado embriones humanos sin óvulos ni espermatozoides.
Este grupo de investigadores habría desarrollado dichos embriones humanos de manera sintética y sirviéndose de células madre, lo que les ha permitido prescindir de los elementos biológicos esenciales para su creación.
La investigación plantea cuestiones legales y éticas cruciales, ya que la creación y el manejo de embriones sintéticos carecen de regulaciones en muchos países, incluyendo Estados Unidos. De nuevo la ciencia se adelanta y pone en jaque a la legislación, planteando nuevos retos éticos.
Carne cultivada en laboratorio
Es probable que estemos asistiendo a una nueva era de la alimentación, con hamburguesas, filetes y nuggets elaborados a partir de células que crecen en un tanque de acero y no mediante la cría y faena tradicional de animales vivos. Estos nuevos productos son de origen cárnico, no se trata de sustitutos vegetales que imitan el sabor de la carne o el pollo.
La carne cultivada en laboratorio se “cría” en biorreactores, unos tanques de acero llamados cultivadores. Allí se introducen las células madre procedentes de un animal vivo, un óvulo fecundado o un banco especial de células almacenadas.
Las células elegidas se combinan en el biorreactor con un suero específico que actúa como medio de cultivo, una mezcla similar a un caldo que incluye aminoácidos, ácidos grasos, azúcares, sales, vitaminas y otros elementos que las células necesitan para crecer. Así, de manera artificial se recrea en un tanque de acero el entorno que proporciona a las células los nutrientes necesarios para evolucionar y multiplicarse.
Una nueva era de la alimentación que en EEUU ya están probando.