VALÈNCIA. Podríamos decir que Bruselas es el corazón, el cerebro o, incluso, el pulmón de Europa. No es exagerado vincular el Parlamento Europeo o la Comisión a un órgano vital, por lo que supone en nuestras vidas.
Y es importante hacer un repaso, de vez en cuando, de la situación de la Unión, sus retos y amenazas. De ello hemos hablado este jueves en el programa ‘Amanece Valencia’ con Inmaculada Rodríguez-Piñero, eurodiputada socialista.
Puede parecer que durante años hemos ‘descuidado’ la Unión Europea. “Se la desconoce más y se le quiere menos”, apunta Rodríguez-Piñero. Por ello, uno de los objetivos de la eurodiputada es volver a acercar las instituciones europeas a la ciudadanía. Pero para que la gente crea más en la Unión, esta debe avanzar, ser más influyente en el panorama internacional.
Y, en este sentido, asegura Rodríguez-Piñero, estamos en un punto de inflexión. Después de analizar cómo se ha actuado durante la pandemia y ante la invasión rusa a Ucrania, la socialista destaca la necesidad de afrontar los retos con unanimidad. Algo que, en ocasiones, falla. "Tenemos un problema de toma de decisiones, que es la regla de la unanimidad. Funcionó cuando eran seis estados, pero poner de acuerdo a veintisiete estados tan diferentes hace que muchas decisiones no se tomen porque no se genera esa unanimidad. Seguimos respondiendo a golpe de crisis, pero lo importante es que ahora hemos sido capaces de responder a tiempo, en la dirección adecuada y con unanimidad".
Sin embargo, Rodríguez-Piñero cree que estamos ante un cambio en cuanto a la toma de decisiones. Se han unificado criterios, entre ellos, en cuanto a la armonización de salarios. "Estamos trabajando por una unión social. Yo creo que fue muy importante la Cumbre de Lisboa en la que se dio un gran paso adelante para conseguir una armonización en salarios mínimos. En un mercado único no puede haber países que no tengan un salario mínimo armonizado".
A nivel geopolítico, y en un contexto tan delicado como el actual -a todos los niveles-, para algunos parece fundamental fortalecer Europa con respecto a otros bloques, como Estados Unidos o China. Ganar influencia, en definitiva. Aunque la eurodiputada admite que en algunos aspectos se ha retrocedido, ella apuesta por un mundo multilateral. "Europa ha dado pasos atrás en su posición de influencia en el mundo. Yo creo en un mundo multilateral, no en un mundo de bloques. Y aquí juega un papel determinante, no para que Europa sea first, si no para que haya un equilibrio." La Unión ha fallado en la manera de entender cómo se tienen que defender sus intereses, admite. "Yo defiendo unas reglas de juego equilibradas. Eso significa que si hay otros que no compiten en las mismas reglas de juego que tú, te tienes que defender".
Lo que sí está claro es que para hacer frente a retos globales, Europa debe permanecer unida. "La realidad es que todos los grandes retos a los que tenemos que enfrentarnos ningún país puede hacerles frente solo. Todos requieren más Europa y más Europa unida".
Uno de estos retos de los que habla la eurodiputada es la emergencia climática. Y, en este sentido, es clara la apuesta por las renovables y por su desarrollo. "Toda energía, salvo la que no se consume, tiene que tener una implantación y eso quiere decir una ocupación del territorio. En la energía solar somos intensivos. Si no la aprovechas porque no te gusta ver los paneles, lo que no puedes decir es que eres ecologista. Es absolutamente incompatible defender una economía sostenible, un transición ecológica y no apostar por el desarrollo de las energías que son limpias".